Frente al tsunami que sacudió en 2008 la economía española y valenciana, el turismo ha mantenido el tipo los siete años de crisis. Durante este periodo, y a pesar de la coyuntura adversa, la oferta de plazas de alojamiento turístico no ha dejado de crecer. Hoy son cerca de 400.000, distribuidas sobre todo en el litoral, aunque el esquema ha variado sustancialmente en la última década. Los establecimientos hoteleros han cedido el protagonismo a los apartamentos, una opción económica que representa ya el 47% de las plazas regladas en toda la región. Un cambio de paradigma, el del low cost, que ha sustentado el auge del turismo desde que estallara la burbuja inmobiliaria.
En 2014, las viviendas (que incluyen también los apartamentos ofertados online) volvieron a liderar el incremento de plazas frente a otras tipologías de corte tradicional. En el último año se generaron 9.561 nuevas, un 5% respecto a 2013. Las camas hoteleras también aumentaron en la región. Pero sólo se registraron 90 más, según el anuario sobre oferta turística que edita la Generalitat.
La fiebre de los apartamentos turísticos vive su particular apogeo en Valencia. Sólo en la ciudad ya hay registrados 5.884, un 28,4% más que el pasado ejercicio.
Lejos de disminuir, la evolución de la oferta hotelera se ha mantenido estable desde 2008. No sólo han aumentado un 2% las camas en el mercado, también se ha elevado el número de establecimientos. A pesar de que algunos de los centros más emblemáticos han echado el cierre, hay 60 más funcionando que hace siete años.
Sin el mismo empuje que los apartamentos, el resto de alternativaslow cost también ha mejorado sus ratios respecto al inicio de la crisis. Aunque la cifra de hostales abiertos prácticamente se mantiene, la oferta de plazas ha crecido un 3% desde 2008, según estas mismas fuentes. La subida es mayor para los campings. En siete años no sólo hay ocho más en marcha, sino que son más de 5.000 las nuevas plazas que se han habilitado para atender la demanda de turistas que apuestan por esta fórmula económica de alojamiento.
Los alojamientos rurales, que se concentran sobre todo en áreas del interior de Castellón, también se han incrementado sustancialmente durante este mismo periodo, especialmente aquellos de categoría superior. Desde 2008 la oferta total de plazas ha crecido alrededor de un 9%, hasta rozar las 8.000.
Alex Ramos Balaguer
Fuente: El Mundo
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